Komorebi
24/04/2025

La luz del sol a través de los árboles

Dicen que el idioma japonés es uno de los más bellos, y creo que lo dicen más allá de su sonoridad, por su léxico; y es que en japonés encontramos palabras que tienen un significado más poético que definitorio, es decir, que en el japonés hay palabras para describir un estado o un evento que tiene especial valor, como por ejemplo, la palabra Komorebi (木漏れ日) y que puede traducirse como “La luz del sol a través de los árboles”, casi nada.

Komorebi

La palabra se escribe con los caracteres del árbol (木) y brillar, filtrar (漏れる) y el sol (日); y describe la poética manera que tiene la luz de filtrarse por las hojas de los árboles, cayendo al suelo y creando estas hermosas imágenes. Puede referirse tanto al destello a través de las hojas, como a la cortina de luz que se proyecta y los destellos provocados en el suelo.

Hay otras palabras igualmente bellas y singulares como por ejemplo Shoganai (しょうがない) que podría traducirse como “no se puede evitar el destino”, y que hace referencia al destino y a cómo los sucesos derivados de éste escapan a nuestro control; una palabra que te ayuda a seguir adelante, a aceptar sin remordimientos lo acontecido, puesto que no es culpa tuya.

También podemos encontrar la palabra Ukiyo (浮世) que nos aconseja “vivir el momento y no dejarse preocupar por los problemas cotidianos”.

Y una de mis favoritas, la palabra Wabi-sabi (わびさび) que es a su vez una de las palabras más difíciles de traducir a nuestro idioma porque tiene implicaciones culturales importantes. Wabi-sabi hace referencia a una manera de vivir en la que encontrar la belleza dentro de las imperfecciones de la vida, en el positivismo de aceptar de manera natural el ciclo de crecimiento y/o decadencia. Para los japoneses, Sabi es el término con el que reconocen el proceso de decadencia del mundo el cual no carece de cierta belleza, mientras que con Wabi se refieren al pensamiento positivo de aceptar y disfrutar de este proceso decadente o envejecimiento natural. En nuestra cultura nos regimos por los cánones griegos de belleza, mientras que los japoneses la belleza no se encuentra en la perfección sino en todo lo contrario.

Me gustaría aprovechar la ocasión para compartir uno de mis poemas favoritos del poeta sueco Tomas Tranströmer. Es uno de los escritores fundamentales para entender la poesía del siglo XX. Pocos poetas han conseguido crear una voz tan personal y reconocible como este maravilloso escritor sueco. Este es uno de mis poemas favoritos y puede encajar bien en la belleza de la naturaleza de la que hablamos:

El edificio está cerrado. El sol entra por las ventanas
y calienta la parte superior de los escritorios
que son tan fuertes como para cargar el peso del destino del hombre.
Estamos afuera hoy, junto a la extensa y ancha ladera.
Muchos llevan ropas oscuras. Uno puede estar al sol y cerrar los ojos
y sentir cómo es soplado lentamente hacia adelante.
Rara vez vengo hasta el agua. Pero ahora estoy aquí,
entre grandes piedras con espaldas pacíficas.
Piedras que lentamente han caminado hacia atrás desde las olas.

Música lenta
Tomas Tranströmer

Fue publicado en Tañidos y huellas (1996) pero también puede encontrarse en la indispensable y recomendada antología Deshielo a mediodía publicada en 2011.


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